Era ya noche cerrada, y de repente delante de él vio un animal blanco, grande, que se movía lentamente como queriéndose comer a los bueyes. Soltó el arado, y “patas para que os quiero”, echó a correr en dirección al pueblo gritando:
!un oso,un oso! !un oso se va a comer a mis bueyes!
Despertó a su mujer y a sus vecinos diciendo que había visto un oso, y que seguramente se estaría comiendo ahora mismo a su yunta. Se armaron de palos, garios, hoces y espadas y acudieron a la tierra donde había dejado la tarea empezada.
Observaron en la oscuridad que los animales estaban tranquilos, que no los pasaba nada, y un poco más lejos un bulto blanco en la noche parecía un oso .
-Mírale- dijo el dueño de la tierra- un oso.Se prepararon los labradores para el ataque, para una lucha que se esperaba encarnizada,! que no se escapara la bestia,! le fueron rodeando para matarle. A medida que se acercaban veían que el animal no se movía para atacarles y su silueta comenzaba a vislumbrarse
-¡Alto ¡ dijo un labrador. Es mi burro, se me escapo ayer.
Allí estaba el burro rucio comiendo en la linde y sin ningún peligro. Sacó una cuerda del bolsillo el amo del burro y se le llevó a su casa. El dueño de los bueyes con el susto que tenía ya no quiso acabar la tarea y volvería al día siguiente. Al paraje donde sucedió esta aventura se le llama desde entonces:
EL BURROEste peraje está situado por el camino del calvario pasada la ermita en dirección a la pared de Riofrío.
Relato muy curioso, que ha encantado, al igual que los demás que estoy leyendo. Interesantes y entretenidas leyendas.
ResponderEliminar