La losa de Cepones
El reparto del agua siempre ha sido
problemático, es un bien que durante algunos meses al año
es muy escaso. y el agua es muy preciado para la vida de las personas y de los
animales.
Existía un pueblecillo llamado Cepones en la falda de
la sierra de la Mujer Muerta. Salvo en invierno primavera y otoño que tenía
abundancia de agua algunos meses de verano eran duros para la subsistencia por la escasez de ésta. Pero no tenía otra
solución. Lo poco que había se lo repartían los ceponeros con buena amistad. El
problema vino cuando una reina de España consintió en hacerse un hermoso
palacio aguas abajo de donde se suministraban los habitantes de Cepones.
Un verano tras otro una lucha sin
cuartel por el agua. ¿Quién tenía mas derecho
la reina para su palacio o los habitantes de Cepones que desde tiempo
desmemoriado se venían abasteciendo del riachuelo?
Tras varias discusiones y con las amenazas de
la reina, tuvieron que transigir los lugareños a un reparto de agua que no les
convencía mucho pero no había otra solución:
“Dos partes para Cepones y una para el palacio”.
Pero ¿Cómo se dividirían las partes?.
Viene de antiguo el reparto de agua en “tejas”, que es la clásica teja
árabe de canal, haciéndola pasar el agua
por ella.
Mandaron a un cantero construir una
gran losa de piedra en la que estaba esculpida una cacera en un canal. Hacia la
mitad de esta losa la cacera se dividía en tres tejas de las cuales iban para
el arrabal de Cepones dos y la otra al palacio.. A modo de “i griega” en la
cual la cacera madre era el pie y los dos brazos uno con dos tejas y otro con
una, así se dividía el agua. Se coloco la losa en el suelo haciendo pasar el
agua por ella y así se repartía desde la cañada Real para abajo. A esta
división se la llamo “la losa de Cepones” cumpliendo una
soberbia función durante cientos de años.
Dicha losa aun permanece en el suelo de
la cacera aunque inutilizada pues en el siglo XX se hizo una presa aguas arriba
con una caseta pero con el mismo mecanismo de reparto, haciendo entrar el agua
a un repartidor había “tejas” o aberturas que volcaban el agua a un lado o a
otro.
En el año 2004 este mecanismo quedo
anulado al hacer una gigantesca obra hidráulica consistente en que los meses de
necesidad se trasvasaría agua desde el pantano de Revenga a un gran depósito
siendo ya innecesario el reparto por tejas.
Este reparto a mi siempre me ha llamado
la atención, pues es muy acertado y sumamente curioso con la medida de las
tejas. Yo me he quedado largos ratos mirando la losa de Cepones que permanece
tapado con un bunker de hormigón y un bocín arriba con un candado para que
nadie manipulara la medida.
Así la losa de Cepones permanece olvidada e inútil en las faldas de la
Mujer Muerta.
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