EL HOMBRE DE HIERRO
Ese hombre ibero, autóctono, ese lince en peligro de
extinción, aún se le ve por los pueblos de la Mujer Muerta montado en un
caballo o haciendo amistades con las fuerzas del orden, a las cuales tiene
mucha atracción. Con botos camperos con mosquero, espelujado buscando párrafo,
saludando a la comadrería de los bares o entre caballos que es lo que mas le
gusta.
Quiero referir aquí un hecho que le sucedió, en el
cual un caballo le arranco la cabeza de cuajo a este hombre de hierro y
corriendo la cogió del suelo y se la volvió a poner.
Unos cuantos jinetes estaban atravesando una pared
medio caída de piedras, uno de ellos se bajo de la cabalgadura porque el
caballo rehusaba. como tirándole desde el suelo del ramal tampoco saltaba el hombre de hierro cogió un palo
largo del suelo y le daba en la grupa para obligarle a saltar. el caballo
seguía rehusando. El palo se rompió por la mitad y ya era mucho mas corto lo
que significaba que había que arrimarse mas a la grupa para darle. En un
momento dado cuando el hombre ibero se acercó con su palo…..
¡!!!!!! puuuumbaaaaa ¡!!!!!!!
soltó el caballo una coz levantando la grupa con las
dos patas atinándole en la cabeza con una precisión nítida.
La coz
sonó como un cañonazo, como si hubiera metido la cabeza en la bocacha de este
artefacto y hubieran disparado haciendo la testuz de proyectil. La cabeza se arrancó
de cuajo rodando por el suelo sin compasión. Instintivamente corrió tras ella,
la cogió y con sus propias manos se la coloco como Napoleón el día de su
coronación con la corona. Rápidamente le llevaron al hospital y el grave accidente quedo en
toda la cara amoratada y un ojo como una plaza de toros. al cabo de un tiempo
se curó perfectamente.
Yo es
el accidente mas grave que he conocido con caballos.