EL MOLINO HERREROS
LEYENDA DE MADRONA
Yo oía contar esta
historia en la fragua y en el molino como uno de los más extraños casos que en
el mundo han sucedido, yo oía contar esta historia en la barbería y en la
taberna, yo se la oía contar a las mujeres que escuchaban en la radio “El coche
número trece” mientras cosían a la sombra y la utilizaban como conseja, yo se la
oía a los viejos de boina y garrota en el atrio de la iglesia, yo se la oía a
los hombres cuando querían enseñarte algún ejemplo de bravuconería, yo se la
oía contar a los padres cuando querían enseñar a sus hijos que a la palabra
dada no se falta nunca, yo se la oía contar….. Bueno, así es la historia:
Existía un molino de agua en
Madrona en el fondo del soto, donde se juntan el rio Herreros con el Milanillos
al cual acudían a moler gentes de Fuentemilanos ya que allí no había rio y por
lo cual no había molino. Estaba un día un lugareño de ese pueblo llamado Arnal
con el molinero, que había bajado el carro tan cargado que una vez molido casi
no cabía en el carro la harina, que debería de ser la misma carga que el trigo
antes de moler pero abultaba mas.
--Arnal, tu no subes
con toda esta carga a Fuentemilanos, la cuesta que tienes antes de llegar a la
cárcava es muy empinada, y una cosa es bajar y otra subir, llévate mi burro y
le enganchas de encuarta.
--tu no sabes lo que
dices—vociferó el bragao—mis bueyes son los mejores del mundo, subirán la cuesta sin inmutarse, y
si no la suben me corto los huevos.
Fanfarronería no le
faltaba al de la fuente de Perdigones.
--lo dicho Arnal—sentenció por última vez el molinero—si tus bueyes no
suben la cuesta el próximo día que vengas por aquí tu sabrás lo que te tienes
que cortar.
--¡ Juro por Dios que me corto los cojones ¡
Se puso en marcha el
fanfarrón y cuál sería su sorpresa que a la mitad de la cuesta los bueyes se
pararon. Ni dando voces, ni ayudando él a una rueda, ni pinchándoles con la
injá, los bueyes no podían subir. Sudoroso y muy rápido se subió al carro y
tiró unos cuantos sacos para aligerar peso
hasta que consiguió que la pareja subiera.
El molinero que estaba
viendo esto escondido desde lejos con su burro cogió los costales caídos y se
los llevó a su molino. Cuando Arnal quiso vaciar su carro y volver a por los
sacos que había dejado en la cuneta ya no tenía ninguno. No se atrevió a ir al
molino. Con la cabeza gacha se volvió a su casa.
Quiso la mala fortuna
que otro día tenía que ir a arar y pasar por delante del molino de Herreros.
Viéndole el molinero le paró los bueyes, se acercó al ubio y en un agujero que
este tenía llevaba una azuela, ofreciéndosela a Arnal le dijo:
--cumple con tu
fanfarronería y te llevas los sacos que te faltan.
Y uno de Fuentemilanos
podrá faltar a misa un domingo o hasta si me apuras un poco a la procesión del
Cristo del Consuelo pero a su palabra no falta nunca, “la palabra de un hombre
está por encima del cielo y de la tierra”. Bajándose los pantalones puso los
testículos estirados en el timón del arado que llevaban los bueyes y de un tajo
certero con la azuela quedó castrado como un eunuco, como Orígenes que para
alcanzar la suprema virtud cristiana se privó de las partes masculinas
voluntariamente o como los cantores del Vaticano que regocijaban los oídos del
papa Clemente VIII. ¡ Capón de por vida ¡
--¡la palabra de un
hombre está por encima del cielo y de la tierra”—repetía el labriego mientras se hacía un rústico
vendaje.
El molino Herreros
existió en ruinas hasta el 1800. La
pradera que estaba en la parte de debajo se llama “pradera del molino” que
llega hasta el camino de Paredones (Bernuy de Palacios), la pradera que estaba
en la parte de arriba se llama “molino Herreros” que es desde el puente sobre
este rio en la N 110 hacia abajo. No “molinguerreros” como algunos dicen si no
prado de molino Herreros. Y ¿ cómo decir que se llama la cuesta que no subió el
carro?. Todos los de Madrona y Fuentemilanos lo saben, unos porque es trabajosa
subirla andando, otros porque es empinada para las bicicletas, otros porque han
volcado con el coche en ella, en fin, que todo el mundo lo sabe, aunque se ha
distorsionado la palabra y por apócope dicen “el cuestarnal”, pero es “ la
cuesta de Arnal”