imaginación

La imaginación es mas importante que el conocimiento

lunes, 31 de diciembre de 2012

Leyenda: EL ENTIERRO DEL CONDE


Gustábale al conde el pasear por entre los montones que en las eras de Torredondo tenía, para regocijarse de la gigantesca cosecha que todos los veranos recolectaba.
Miraba como sus criados trabajaban para que la cosecha estuviera a punto para meterla en los graneros. Allí había segadores, acarreadores, gente que trillaba , mujeres y mozalbetes que ayudaban a barrer la era, a llevar el botijo o el almuerzo o la alforja o los múltiples quehaceres que hacían falta en una hacienda tan grande y de un ricohombre tan avariento como era el conde.
Atinaron a pasar por allí dos pobres de solemnidad que medio descalzos y mal vestidos se acercaron al noble señor con humildad y le pidieron limosna. Enfureció se el ricohombre diciendo que había sido un mal año, que apenas había cogido cosecha y que además, esos pobres vergonzantes y tullidos que van por los caminos pidiendo limosna no son de su agrado.
Ante tal acto de soberbia del conde y tan gran avaricia por no querer dar una limosna, un pobre le echó esta maldición:
" Que te entierren dos pobres bocabajo "
Harto estaba el conde de que tanto pordiosero le echase maldiciones, él que creía llevar una vida de santidad porque ayudaba de su pecunio personal a construir una capilla para su sepulcro en San Martín, una iglesia de Segovia al lado de donde tenía su casa y torreón.


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Pasaron los años y se encargó de decir a sus hijos y familiares que no acudiera ni un solo pobre a su entierro, sino solamente la “Junta de Nobles Linajes” y que el día de su cabo de año se predicaran sus virtudes en esa iglesia.
Tras morir el rico avariento y predicar el obispo frente al cuerpo yacente colocado en el centro de la iglesia iba a ser conducido a sepulcrar a la capilla de su propiedad, cuando desde atrás de la iglesia se oyó un murmullo y dos pobres haraposos avanzaron por el pasillo para coger el cadáver. Un grito ahogado entre los allí presentes se escuchó y con ojos expectantes se pusieron la mano en la boca para contener la respiración


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Avanzaron los mendigos, cogieron el cuerpo del conde entre los dos y caminaron hacia su sepulcro. Tuvieron mucho cuidado de poner el cadáver boca abajo, como la maldición decía.
Bajaron la tapa y la sellaron con plomo y estaño, y por el mismo camino que habían venido se fueron los vagabundos, dejando a la concurrencia boquiabiertos.
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Cientos de años después, allí está el sepulcro con su inconfundible escudo:
AGUILA, CASTILLO Y CRUZ.




sábado, 15 de diciembre de 2012

Leyenda: EL ARCON DEL CONDE



Cuenta la leyenda que poseía el conde un cofrecillo del tamaño de una cuartilla que es la mitad de media fanega y esta era un cajón terminado en pico para medir el grano a la vez que se echaba en los costales.
Media fanega


Era este cofrecillo un bello cajón repujado con cuero en las esquinas y con remaches dorados, clavos de hierro con hermosas cabezas y en
la misma madera incrustaciones de esmeraldas que daban un hermoso tono verde al arconcillo para referenciar lo que había dentro. Cerradura de hierro forjado y bañada su correspondiente llave en oro para realzar el valor de tan preciosas joyas que en el interior permanecían.



Había recibido este cofre el conde de manos del rey Carlos I por su valentía en la lucha contra los comuneros en la ciudad de Segovia a la vez que le había reconocido como posesiones suyas un gran número de obradas de tierra que llegaban desde Torredondo por Bernuy de Riomilanos a Hijasalvas, Valdeprados donde tenía un castillo el conde, toda la falda de la sierra hasta donde se perdía la vista allá por Turégano y su castillo que eso ya era del obispado. Le había concedido el rey el título de Conde de Rio Frío y Rio Milanos que posteriormente pasó a llamarse de Puñoenrrostro y habíale nombrado Contador Real.
Avaricioso como era dicho señor cuando abrió el cofre y vio todo repleto de esmeraldas sus ojos cuenta la leyenda se le volvieron verdes, del color de dichas piedras precios y las acarició suavemente sonriendo en su interior por tan grande riqueza. Cientos de piedrecitas del tamaño de un garbanzo había en es cofre. Una mueca picarona y avariciosa iluminó el rostro de dicho personaje.
Pero el rey le hizo prometer al conde:
" DE CADA ESMERALDA QUE SAQUES DEL COFRE, DEBERAS DAR OTRA A UN POBRE, PUES SI NO CADA SIGLO PERDERAN VALOR "
Eso significaba que si sacaba una esmeralda para hacer un anillo a su mujer debería de dar otra a un pobre. Si sacaba cinco para hacer un collar debería de dar cinco a un harapiento. De lo que significaba “perder valor cada siglo” nunca lo llegó a adivinar el conde, pues no llegó a vivir un siglo. Pero era que cada cien años si no había dado el cincuenta por ciento de lo que sacaba del cofre irían las esmeraldas convirtiéndose en oro, y cien años después en plata, y un siglo después en cobre y así sucesivamente “perdiendo valor”.
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El cofre junto con las esmeraldas nunca pagó tributo alguno a los pobres vergonzantes, ni a los pobres de solemnidad, ni a los pobres enfermos tocados por el fuego sacro, ni errantes ni menesterosos, ni ambulantes ni trotamundos, pues en cuanto el conde se separó del rey se olvidó de lo prometido y no creyó que fuera verdad lo de “perder valor”. Se fue heredando tan valioso tesoro del padre al hijo y luego al nieto, y así sucesivamente al igual que heredaba el título de conde el primogénito de la familia.
Ei arcón acabo con piedrecitas de río


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Al llegar el año 1600 como no había tributado nada a los pobres las alhajas de corindón se convirtieron en oro, pepitas de oro bastante gordas. Los herederos seguían haciéndose collares, anillos o pagando favores con semejantes joyas, pero ninguno cumplió la promesa.
Al llegar el año 1700 eran bolitas de plata las que había en tan hermoso cajón, un siglo después eran de cobre, pasados cien años dichas bolitas se hicieron de hierro y cuando llegó el siglo xxi el cofre tan valioso que comenzó siendo, estaba lleno de pequeñas piedrecitas de río que sólo valían para que los niños las lanzaran con el tirador.
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El cofre que era un hermoso baúl pequeño se vendió a un anticuario y ¡sabe dios dónde parará!.




sábado, 8 de diciembre de 2012

Leyenda de La Losa: EL ZAGAL DE LOS LOBOS


Un hermoso valle se abre camino en la parte de debajo de La Losa haciendo cotera con Riofrío , ese palacio femenino, rosado, mandado construir por una mujer, innumerables arroyos, riscos , laderas y peñascos encierran un espacio frondoso y apacible. La toponimia del lugar da nombres tan sonoros como Ceponillos, arroyo de las Cuevas, pues estas cavernas allí hay, arroyo de la Ahogada, el Simarron refiriéndose a una sima grande, el Saltador del lobo, cañada lobera dentro de Riofrio, peña Horadada, pues está horadada por la intemperie, y que por apócope también se llama Peñagradá, y varios nombres mas referidos al oficio de pastor como los Chivitiles, los Carneros, los Chivos y que han quedado grabados en el terreno para siempre jamás por los sucesos que en este valle ocurrieron.
Allí en el valle los ovejeros pastaban con sus ganados pacíficamente excepto que de vez en cuando venía el enemigo mayor de las ovejas, el lobo. Como dice el romance antiguo:
“mal barruntas las ovejas
no paran en la majada

Estaba el rabadán siempre preparado para este contratiempo con sus mastines y sus correspondientes carlancas, encencerrados los animales para que produjeran ruido en la noche si por algo se espantaban con sus correspondientes zumbos, esquilas, changarrillos y cencerros para protegerse del traicionero lobo.

Y existía por los alrededores una camada que estaban hermanados con un joven muchacho al que le conocían como el zagal de estos animales pues decían se había criado de las mismas tetas de una vieja loba que los lobeznos, ya que su madre le habría abandonado en la puerta de la guarida donde se amamantaban estos, y aullaba como ellos, y acudía a los rebaños a hacer zalagardás como sus hermanos lobunos. Buscaba este zagal el sesteadero del ganado y si observaba que no había pastor cerca atacaban el rebaño sin misericordia.
Pero había mayorales que se inventaban mil artimañas para cazar alguno de estos astutos animales y después de muerto pasearle por el pueblo echado en un burro como trofeo. Había que tener cuidado, el zagal de los lobos estudiaba el ataque y mandaba a sus hermanos al redil. Había varios rediles donde guardaban el ganado los pastores. Así, los carneros eran guardados en lo alto de la ladera izquierda del valle según se mira al poniente, y un poco mas abajo los chivos en esa misma ladera. En el valle, y por ser mas frondoso guardaban en la red cegajos, primales, andoscos, borregos y ovejas siempre a cargo de algún pastor que dormía en el campo al lado de los animales para evitar los ataques lobunos. Había también un corral para guardar un atajo de chivos o chivitil mas cerca del pueblo en unos apriscos hacia Navas de Riofrio. Alguna solución debían de buscar los diversos pastores para protegerse de los muchos ataques. Los mastines hacían su cometido, pero con el zagal hermano de las fieras, les burlaban muchas veces.


La solución se le ocurrió al rabadán, el que mas mandaba en todo el grupo de compañeros, sobrados, ayudadores, ovejeros, carnereros y zagales.
Atarían a los cuernos de los carneros y machos cabríos teas, estopas y astillas y los llevarían a un redil escondido en la ladera, cerca del aulladero de los lobos para que cayeran en el engaño. Por el berrido de las ovejas vieron los pastores que los lobos y su hermano de leche el zagal estaban cerca. Encendieron con llama todos los cuernos de los carneros y machos cabríos y les azuzaron contra los lobos. Como diría el poeta:
"aquí mis siete cachorros
aquí perra trujillana
aquí perro el de los hierros
a correr la loba parda".


Parecía todo un ejército en pos de los lobos y el zagal. Tal estruendo se preparó que huyeron despavoridos los animales excepto el zagal que le cogieron prisionero y la loba que la mataron. Y como dice el romance:
"que queremos tu pelle
pa,el pastor una zamarra".

Nunca mas se han visto lobos por esa zona. El muchacho se puso a las órdenes del mayoral al que le costó mucho trabajo hacerse un pastor de provecho, y a la loba la pasearon montada en un burro por el pueblo. Pero lo curioso de la historia es que han llegado hasta nosotros en este mismísimo siglo XXI los nombres del terreno donde sucedieron los hechos. Así:
ZAGALOBOS está en la cañada Real Leonesa tirando hacia Navas de Riofrío y cercano a la pared del palacio.
LOS CHIVOS era donde estaba el redil que guardaba estos animales y son unas tierras de por arriba de la ladera izquierda según se mira al poniente. Al lado están LOS CARNEROS.
LOS CHIVITILES que era el corral donde se guardaban los machos cabríos esta mas cerca del pueblo.
EL SALTADOR DEL LOBO o saltadero de lobos son unas peñas que hay en una ladera muy llamativa pegando a la pared de Riofrío en el valle mismo donde el arroyo del Rastrillo.
Y LA CAÑADA LOBERA está dentro del perímetro del bosque palaciego que es una ladera continua del saltadero de lobos.
Los pastores son personajes que están a punto de desaparecer pues son un anacronismo en nuestra sociedad actual, y eso que hubo una época que era un oficio muy valorado, muy profesional. Hoy en el siglo XXI quedan dos pastores en La Losa: Rafa y Jesús que son los únicos que merodean con sus rebaños por estos terrenos tan hermosos, sobre todo en primavera.





lunes, 12 de noviembre de 2012

Leyenda: Hijas albas de ojos albos


!Que lo he dicho mil veces ¡ Que toda la gandulería y holgazanería que merodeais por entre los montones en los atardeceres no quereis mas que robar.
Así se refería el conde a un pobre miserable que encontró por entre los montones de grano y cabañas que había en las eras de Torredondo y todo pertenecía a este avariento señor. El pobre tullido trotamundos, cojeaba, estaba tuerto y su edad ya no le dejaba trabajar en ninguna actividad, nadie le quería, era un ser inútil, inservible, solo se podía dedicar a la mendicidad. Y acudió a pedir una limosna al conde, al ver tanta riqueza en esa era. Gigantescos montones de grano que llamaban la atención a cualquier caminante, y se veían desde los pueblos limítrofes de lo grandes que eran. Acudió este errante vagamundo a pedir una limosna, no a robar y se encontró que el conde le escupió en la cara y le echó de sus eras a empellones. Pero según se iba el haraposo le dijo al conde a la cara una maldición :
" QUE LOS DE TU DESCENDENCIA TENGAN LOS OJOS ALBOS "
Aunque el avariento no creía mucho en estas sentencias, si que le hizo enfurecer aún mas y llamando a algún criado que por allí estaba le cogieron en volandas y le sacaron a las afueras del pueblo dándole un puntapié y aconsejándole que no se aproximara a ese lugar nunca más.
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Al cabo de unos meses el conde tuvo una niña. Cual sería su sorpresa que cuando abrió los ojos los tenía completamente blancos. Donde los demás tenemos pupila, y niña e iris, donde los demás tenemos unos de un color y otros de otro una ventanita hermosa redonda, esta niña tenía todo el espacio completamente blanco.
caserio de Hijas Albas
Consultaron un galeno , diversos adivinadores y algún vidente y todos llegaron al mismo resultado. La niña era ciega. No podía permitirse el conde que un ricohombre esclarecido y excelso como él, con sus títulos nobiliarios, con sus casas, palacetes, torreones, tierras, yuntas caseríos criados y riquezas en general tener una hija ciega. Un aristócrata como él, ilustre, noble, lleno de virtudes, respetado, querido y a veces envidiado por sus riquezas por el mismísimo rey ¡ una hija ciega !. Debería buscar alguna solución, ciegos sólo podrían ser los pedigüeños, los vagabundos, los nómadas, los errantes que van de pueblo en pueblo mendigando un mendrugo de pan. Pero él, un conde inmensamente rico no podía tener una persona así en su descendencia.
Pasaron los meses y su mujer volvió a quedarse embarazada. Temeroso el conde de la maldición de aquel pordiosero para intentar anularla comenzó a gastarse dinero en misas, ayuda a las iglesias, a los monjes, a los conventos, pero nunca a los bohemios, trotamundos o pedigüeños de puerta en puerta. A esos el conde no les podía ver ni les perdonaría por tal maldición. El conde se gastaba el dinero en la catedral, en cruces de esmeraldas para sacarlas en procesión, en anillos al obispo, en estandartes para su cofradía en sepulcros de mármol que adornen las iglesias, por ver si así el siguiente hijo que iba a tener nacía sin mermar ninguna facultad física.
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Volvió a nacer otra niña. Rápidamente a las parturientas les dijo que la miraran los ojos. No se podía, aún los tenía pegados, deberían de esperar unos días. Todas las mañanas el conde se levantaba con el ansia de ver a su nueva hija con los ojos abiertos. Tardó más días de lo normal en despegarlos, cuando al final los abrió sus ojos eran ¡albos!. Su segunda hija y también con los ojos completamente blancos, como si fueran de cera, como si fueran de mármol, sin ningún dibujo, sin ningún color, ¡ sin vida ! .
Tenía el conde el castillo en Valdeprados, y un par de leguas mas abajo tenía una casa de labor a la que llamaban “ el caserío de los Moros” por estar situado al lado de este río, al que habían venido a vivir una familia que decía tener dotes de curanderos, una mezcla de religión y medicina, que ante las personas que ya no sabían a quien acudir les confiaban sus remedios por ver si surtían efecto.
Se fueron las dos hijas a vivir con esta familia al caserio, pues los cuidados que la mujerona de la casa “sanalotodo “ las tenía que dar era varias veces al día y estar con ellas en todo momento. La mujerona curalotodo a un hora les daba manteca de jabalí y rezaba una oración, a otra les pasaba una llave hueca por los ojos y recitaba versos, después las soplaba con el ojo abierto presignándose y acordándose de sn se qué santo. Por las noches patas de milano muerto, pócimas de culebras, oraciones a almas en pena, y un sinnúmero de gestos que iban haciendo día tras día la curación según creía la mujerona curalotodo y el conde esperaba. Algunos días iba el padre a ver a sus hijas al caserío: ¿ cómo están mis hijas albas ? –preguntaba-. Creo que pronto podrán ver- respondía la mujerona. El tiempo fue pasando y sus hijas albas no conseguían tener el don de la vista. Las hijas albas de ojos albos eran completamente ciegas.
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Ojos Albos (Avila)


Eran ya adolescentes las niñas del conde y un día en una excursión que hicieron con un precioso coche de caballos en dirección a Avila a pasar el día iban acompañadas por varios sirvientes, que montados a caballo guiaban la comitiva. Al pasar un puente estrecho por encima de un río un caballo del coche donde viajaban las niñas de ojos albos se espantó y cayeron por el precipicio caballos, coche conductor y niñas, muriendo todos en el acto


La casa de labor al lado del río Moros donde habitaron las niñas con la mujerona sanalotodo se llama desde entonces HIJAS ALBAS
y el pueblo donde cayeron por el precipicio OJOS ALBOS

" EL ESPANTIO "


La puerta del bar del pueblo tenía una cortina hecha de chapas de las botellas. La había hecho el mismo dueño, cuando la vida era más económica y todo se hacía en casa. A unos hatillos o cuerdas largas se habían ido añadiendo chapas de distintos colores dobladas por la mitad y muy juntas, varias tiras colgando de una tabla de la anchura de la puerta y desde el dintel al escalón hacían una cortina de verano muy vistosa, a mi en mi imaginación infantil estas cortinas de los bares me parecían hechas de caramelos. Y tenían un sonido muy especial, cuando un cliente entraba, al apartar los colgantes de chapas y al soltarlos hacían un sonido potente y tintineante. A nadie dejaban sin mirar a la puerta cuando se oían estos choques entre las diversas tiras de la cortina.


Todos los días acertaba a pasar un lugareño montado en su burro por cerca de la puerta del bar. El animal retorcía la cabeza y miraba con antipatía a la cortina. Tenía un tramo de recorrido el asno que caminaba como de medio lado con la desconfianza puesta en la vista y sobre todo en sus grandes orejas. Por mas días que pasara el asno por esa cortina jamás de los jamases pasaba tranquilo, siempre oliendo algo raro en esos colgajos de colores. Lo que a los chicos pequeños era una hermosura de cortina por sus colores variados, su sonido alegre y su parecido a caramelos, al borrico le parecía la caja de los truenos.
Días y días el jinete acudía a la fuente a por agua que estaba un poco más abajo. Unas aguaderas y cuatro cántaros eran un transporte necesario para la subsistencia de la familia. En verano había días de echar más de un viaje con los cántaros, y el muchacho después de cargarlos montaba encima del burro para ir a su casa, y al pasar por la puerta del bar siempre la misma postura de desconfianza del animal con la cortina y eso que el joven le intentaba arrimar a la pared para que se le quitara el miedo, pero ¡nada!.
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Cargó un día el mozalbete los cántaros en los serones y se montó encima con la carga bien aparejada para ir a su casa. Oía en el bar voces y conversaciones de gente que parecía estar más bebida de lo normal. No paraban las risas, los aspavientos y el alcohol de funcionar entre los clientes.
Justo al llegar a la misma altura de la puerta con el burro un borracho desde adentro apartó fuertemente la cortina haciendo un revoloteo con los tirantes de las chapas y un sonido estruendoso. El burro que iba con la mosca detrás de la oreja pegó un “ espantío” de medio lado que fueron a parar al suelo jinete, serones y cántaros preparando una gran catástrofe.
Nadie se sujeta el requiebro de un burro. Todo jinete cae por las orejas pues el animal no solo requiebra para un lado sino que también para atrás, por eso siempre se dice que es peor la caída de un burro que la de un caballo pues un burro hace el efecto repión, de lado y para atrás como cuando bailas un re pión con su cuerda. Por eso amigo lector las cortinas y los burros no son buenos compañeros y si son de chapas como las que antiguamente había en los bares ni se le ocurra pasar cerca, aunque las cortinas de chapas ya han desaparecido y los burros a punto están.




sábado, 3 de noviembre de 2012

Leyenda: " EL PREPUCIO DEL CONDE"


 Cuenta la leyenda que yo se la oí a mi madre y ella dijo haberla oído hace muchos años y después he comprobado yo que mucho no es leyenda sino verdad, que Carlos i rey de España dio el título de conde de Puñoenrostro en 1523 a Juan Arias hijo este del protagonista de la historia y primer conde, dueño este de innumerables tierras y castillos por toda España pero principalmente en Segovia donde tenía su asentamiento. Diego Arias Davila llamábase el auténtico conde y era un judío converso. Habíase convertido al cristianismo en un sermón que San Vicente Ferrer había echado allá en una cruz que hay a la puerta de lo que hoy en día es la ermita del Cristo del Mercado en Segovia y el cual este santo diariamente echaba sermones a los segovianos en ese lugar.


Pero los judíos tenían a gala ser judíos de rompe y rasga y aunque por fuera parecían cristianos, pues se habían visto obligados a convertirse, en su interior y dentro de las casas seguían profesando la religión hebrea. El día de descanso no era el domingo sino el sábado y la pascua la celebraban rociando con la sangre del cordero la puerta de su casa.
Pero estos ritos y costumbres de Israel se habían visto obligados a cambiarlos por el feroz ataque y la expulsión del país que habían recibido de los cristianos.
También tenían mala fama estos hebreos por el acto sacrílego que sucedió en la iglesia del Corpus Cristi y otro acto en Sepúlveda en el que crucificaron a un niño para revivir la muerte de Cristo y así herir a los cristianos. Pero un rito que los delataba era la circuncisión. Todo judío varón era retajado que se decía a los cuarenta días de nacer y se guardaba su prepucio en un tarro con alcohol.
Si la justicia descubría ese prepucio acusador en casa de algún converso automáticamente era condenado a la hoguera por tener esa prueba de convicción. Todos los judíos deberían de haber destruido su tarro o en su defecto deberían de partir hacia el destierro a otros lugares.
Diego, el primer conde, ni fue al destierro ni destruyó el tarro donde guardaba el prepucio de la circuncisión. Era un cristiano judaizado, tenía tantas riquezas por ser contador del rey que no estaba dispuesto a desterrarse y dejar perdidas sus posesiones, sus innumerables caseríos, castillos, torreones, coches de caballos y varias mujeres con las que yacía siempre fuera de la ley y bajo la sombra del anonimato.


Pero un día llegó al rey el mensaje de que este conde tenía el famoso tarro escondido en casa. Rápidamente el rey mandó a varios miembros de la justicia a inspeccionar su casa. Si se descubría esta prueba judaizante se le quemaría en la hoguera.
Cuando vio el conde que llegaban por el camino a caballo ese ejército vigilante y oliéndose lo peor cogió rápidamente el tarro y corrió hacia un montón de trigo que había en las eras frente a su casa y lo empujó hasta enterrarlo en el grano.
Llegaron los de a caballo a la puerta de su casa y a la voz de: “ abra paso a la vara de la justicia “ entraron en la mansión que el conde tenía en Torredondo y comenzaron a hurgar, revolver y rebuscar el preciado tarro. Varias horas estuvieron estos individuos husmeando por todos los aposentos no dejando títere con cabeza. Pero nada consiguieron encontrar.Después de mucho rato y no habiendo encontrado nada los servidores del rey abandonaron el lugar con las manos vacías.
El conde había puesto a buen recaudo el tarro acusador en el montón de trigo. Pero pasaron los días, y no atreviéndose a sacar Diego el prepucio de su escondite por temor a que le pillaran,un pobre vagabundo acudió a Torredondo pidiendo limosna y el conde avariento le echó los perros para que se fuera de sus posesiones prefiriendo que toda su hacienda se convirtiera en tierra antes que dar limosna a un desheredado . Y así fue. Los montones de grano se convirtieron en tierra como leyenda que todo el mundo sabe quedándose el tarro con el prepucio dentro del montón de trigo, y justo encima una piedra para indicar el lugar exacto donde se encuentra la prueba acusadora judaizante.








lunes, 29 de octubre de 2012

Leyenda "EL NOMBRE DEL CONDE"

EL CONDE DE PUÑONROSTRO



Los mendigos no le caían simpáticos a este ilustre personaje. Tenía la creencia que todos eran vagos, truhanes o ladrones. Es cierto que bajo esos ropajes de la pobreza se esconde mucho caradura pero no menos cierto que a veces la vida trata a algunas personas con dureza descarrilándolos de la vía, dejándoles en la cuneta y haciéndoles vagabundos crónicos.


Cierto día salió el conde a las eras que estaban al lado de la mansión a ver cómo iba la cosecha ese verano. Gigantescos montones de trigo y de cebada repletaban el paisaje. Otros mas pequeños de otros cereales completaban su vista. Carros trillos ubios y un sin número la herramientas del agricultor estaban al lado de un chozo hecho de bálagos donde se guardaba el botijo, el talego, las albarcas y diversos enseres de sus criados.
A la eras aun no había llegado nadie, era el amanecer y sus criado estaban por el campo acarreando gavillas. Vió como al lado de un montón de trigo alguien arropado a una manta se movía como cogiendo el grano. En efecto un trotamundos estaba echando grano a un talego y guardándolo en unas alforjas.
Acercándose el conde sin ser visto y cuando estaba justo detrás de él le tocó el hombro y le dijo:


- Ladrón deja eso.
El pordiosero asustado y al verse pillado le soltó un puñetazo en la cara que le salió un moratón en el pómulo. Salió corriendo el mendigo y no se supo mas de él. El conde se quedó con la marca en el carrillo como si fuera una mancha o un pétalo de una flor.
1 Aunque su título oficial era conde de Riomilanos y Riofrío por tener posesiones allá donde se juntan esos dos ríos pasó a denominarse “Conde de Puñonrostro y que durante siglos y aun hoy tiene esta denominación.




Cuento de navidad: PASO A NIVEL SIN BARRERAS

Era el cinco de enero, hacía frío, pero a pesar de todo se podía dar un paseo por el campo.Después de comer, el “marqués” se puso la visera ganadera y cogió su “haiga” para ir a ver una punta de yeguas que tenía al otro lado de la vía.

A decir verdad al marqués como a mucha gente de La Losa ese paso a nivel nos causa mucho respeto, pero no hay mas solución que tener cuidado al pasar. A no sé cuántos coches ha afeitado el hocico el tren por acercarse demasiado. El capot de uno ha estado tirado varios años al lado de la vía pues una conductora al pasar hizo el stop demasiado cerca y le afeitó el morro. A un pastor con su Suzuki ídem de ídem, y el que esto escribe, una fiesta yendo con el carro y el caballo cargado de chicos, pasamos la primera puerta, se quedaron los chicos en ella, atravieso yo con el carro los raíles y de repente un pitido largo piiiiiiiii ¡ el tren!, - gritaron todos-, mi hijo pequeño que no pasaría de cuatro años quiso correr hacia mí y yo : ¡Noooooo! Le sujetó su hermana bamboleando a los dos el aire que desprendió el convoy.


Bueno, pues decía que ese paso a nivel es peligroso e iba el marqués tan contento un cinco de enero a atravesarle con el coche, despacito miró a los lados y nada, no venía el tren, fue a pasar y con tan mala suerte que las traviesas de madera que están paralelamente colocadas a los raíles para igualarse en altura con éstos y puedan pasar los vehículos solo dejando la ranura de las ruedas del tren, una de estas traviesas al pisarla en una esquina se levantó e hizo palanca en el coche levantándole la rueda contraria y dejándosela en el aire. Rápidamente el marqués metió marcha atrás y ¡nada! El coche no se movía, al estar un palier y la rueda en el aire no accionaba la fuerza para que el coche rodara. Metió primera y…!nada! el coche seguía sin moverse, el marqués se empezó a poner nervioso, estaba atravesado en mitad de la vía con un coche nuevo y podía venir el tren y llevársele con él dentro . Volvió a acelerar, volvió a meter marcha atrás…!nada! ¿qué hacía? En una situación tan catastrófica ¿qué se puede hacer, a quién acudir? . De repente se acordó del 112 el teléfono de emergencias. Sí, llamaría a ese número a ver si había tiempo de avisar al conductor del tren. Sacó el móvil aceleradamente, no sabía ni que número marcaba, miraba a la izquierda, miraba a la derecha, ¡su coche nuevo y él dentro! ¿ Dónde irían a parar?.
-¡Señorita, señorita!-gritaba-
-Sí dígame
-¡Señorita, señorita!
-Le oigo perfectamente no se ponga nervioso, dígame - contestaba la señorita.
-¡Señorita, señorita! -gritó por tercera vez.
- Caballero tranquilícese que así no solucionamos nada.
Al observar el marqués que era contestado por el 112 quiso contar el problema y se quedo sin habla, vio como movía la mandíbula y el cerebro quería contar lo que le pasaba y no hablaba, no salía sonido por su boca. Lágrimas como toneles bajaban por las mejillas. Al final salieron las palabras:
-Mire señorita se me ha parado el coche en mitad de la vía del tren que va de Segovia a Madrid en término de La Losa a ver si usted puede hacer algo urgentemente.
-Avisaré a Renfe lo antes posible-contestó la señorita.
Colgó el teléfono y volvió a acelerar inútilmente su coche flamante, iba a perecer bajo la voracidad del tren, si éste venía de Otero le empotraría un kilometro mas allá en los andenes de las Navillas y si venía de este pueblo le sacaría por las trincheras de la Casilla la Mora.
foto internet

De repente: ¡Piiiiiiiiiiiiiiiiii! –el silbido del tren, ese pitido largo, estruendoso, penetrante hasta las entrañas, como las trompetas del final de los tiempos, con ese chaca chaca rápido, irrespirable ¡ el tren ¡ venía a toda la velocidad de Otero.
- ¡Ay mi audi nuevo ¡ ¡ adiós coche ¡ -pensó el marqués-
Se bajó del coche, cogió la chaqueta y se puso a agitarla como un loco, con aspavientos en mitad de la vía.
-¡Pare, pare!
¡Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ¡-pitaba el potente vehículo mientras se acercaba con una maldad mortífera en línea recta al marqués. Las lágrimas le caían a raudales, el corazón no daba abasto a bombear sangre, el sudor empapaba su camisa elegante y la chaqueta se movía como una bandera agitada impetuosamente en sus manos.
De repente observó como el tren aminoraba la velocidad, hasta se veía que frenaba, y como a metro y medio del “haiga” se paraba. Por las escalerillas bajaba un rey mago, era Melchor, con su túnica en verde fosforescente con una larga barba y un móvil en la mano. El marqués se abrazo a él:
-Gracias Melchor, sabía que alguna vez los reyes magos se portarían bien conmigo aunque de pequeño no me traían nada. ¡gracias Melchor! Y las lágrimas caían como ríos de la emoción.
-¡qué Melchor ni que leches!- contestó el maquinista que con barbas y con un anorak fosfórico de esos que usan en las carreteras había confundido en una ensoñación el marqués con un rey mago:- me acaban de avisar por el móvil de este peligro- y señaló el teléfono que aun tenía en la mano.



Este suceso es verídico, sucedió un 5 de enero de 2007

martes, 16 de octubre de 2012

Leyenda de Madrona:"LOS MUERTOS DEL HOCINO"


Comenzó a correr una historia por el pueblo en la que una joven se aparecía en la segunda curva del Hocino en la carretera que va a Hontoria por el santo Cristo y que se llama Hocino porque sus curvas hacen forma de hoz pequeña u hocino.


Diversas personas habían visto hacer auto-stop o salir a la cuneta a una hermosa joven en esa curva donde el arroyo se cruza con la carretera.
Una noche llegó una pareja de dulzaineros que habían sido contratados para tocar en una fiesta en el pueblo, e iban en bicicleta por el Hocino y era ya noche cerrada y llegaron al pueblo asustados. Dijeron habían visto una joven al lado de la carretera y oían como debajo de una piedra grande salían unas voces que decían: “ sacadnos de aquí “. El dulzaainero decía conocer a la joven, no sabía de que pero su rostro era conocido, aunque desfigurado por las sombras de la noche, el nerviosismo de ver a una figura fantasmal en la oscuridad y tuerto como era el dulzainero, pero él decía que su rostro le recordaba a alguien.


Nadie en la taberna quería dar ninguna explicación aunque algunos si sabían la historia, corrían tiempos de miedo y había historias que era mejor no recordarlas.
Tan asustado estaba el dulzainero que salió el “tio Anastasiete “, un tabernero con boina y muchos años y separando a un lado al dulzainero le preguntó:
-¿tu de dónde eres?
-de Valverde- contestó el músico-
Pues entonces claro que conoces a esa figura fantasmal que sale en esa curva de la carretera y a las voces que dices haber oído bajo una piedra. !son de tu pueblo! – le dijo al tuerto el tio Anastasiete- a esa mujer la fusilaron un atardecer de julio de 1936 y a otros seis hombres mas que son los que te daban voces. Yo lo vi. Los enterraron gentes de Hontoria y Madrona y pusieron una piedra gorda encima para que se sepa siempre donde están. Según les estaban enterrando un avión les tiró una bomba.


Aun hoy se sigue apareciendo la mujer en esa curva y se oyen voces debajo de la piedra. Sus cadáveres allí permanecen. A los pocos días comenzaron a construir por las distintas laderas que conforman el hermoso valle del Hocino diversas trincheras para la guerra civil que se avecinaba en España.
...y pusieron una piedra gorda encima para que se sepa siempre donde están.........




sábado, 13 de octubre de 2012

Leyenda de La Losa"LA FUENTE DE PACO"


Había una vez un vaquero por estos terrenos que todos los días salía al campo con su ganado y su caballo, su inseparable caballo. Y existen unas tollas en la falda de la sierra, lo que se conoce como Cañada Real que si se mete un animal se hunde hasta morir, y mas de una vez han tenido que sacar a alguna vaca tirando con una yunta . también se llaman trampales a estas ciénagas de barro que engañan a animales y personas.


Estaba el vaquero en verano por esos lugares y ¿ cómo iba a creer él? que con la sequía que había esa tolla iba a ser tan peligrosa. Lo cierto es que iba deprisa para parar una vaca cuando se dio cuenta de que los pies no los podía sacar del suelo. El agua y el barro le succionaban para adentro. Poco a poco se iba hundiendo mas, sin pararse se metía en el trampal como si fuera a desaparecer. Si intentaba mover los pies ¡peor! Se hundía mas. Daba voces por ver si alguien le oía, pedía socorro, llamaba a su caballo, pero era inútil, nadie acudía en su ayuda. La tolla le iba tragando ya por el gañote, a punto estaba de meter la boca en el barro y perecer ahí para siempre, y para mas desgracia sin que nadie se enterara de que había muerto allí pues su cuerpo sería tragado por el barro y no quedaría ninguna señal.
Tuvo una genial idea. Bragao como era él y con ganas de salir de allí, se quitó la visera, se cogió con las dos manos del pelo y con ímpetu y coraje tensó sus músculos y tiró hacia arriba con todas sus fuerzas. Se hacía daño en el pelo, pero no importaba. Despacio y poco a poco seguía tirando y observaba que iba subiendo y saliendo de la tolla. Cogía aire, y seguía tirando y tirando, hasta que sobresalieron los pies a la superficie y sin dejar de hacer fuerza hacia arriba caminó unos pasos hasta lograr salir del trampal. Se soltó los pelos y respiró con alivio. Observó que donde había estado metido había dejado un agujero por donde comenzó a manar el agua. Años después ese agujero seguía sin taparse y se encauzó en una fuente de granito con dos pilones también de granito y con la inscripción:
" A PACO HOMBRE CAMPERO "
Para que los animales puedan beber en los pilones y los caminantes recuerden esta maravillosa historia.


El agua de la fuente tiene el poder de prevenir la calvicie y ser un poderoso crecepelo y allí acuden calvatruenos, bolas de billar y calvarrasas para curar su alopecia.





domingo, 7 de octubre de 2012

Romance: EL GATO SERRANO

Donde se relata la increíble historia de un gatito que vivía en un tranquilo pueblo serrano. Una noche, cuando volvía de rondar a su novia, murió aplastado bajo las ruedas de un ciclomotor. El conductor imprudente y gaticida demandó al minino y una insólita sentencia condeno al pobrecito animal a pagar las costas del juicio y una importante indemnización: Más de un millón de las antiguas pesetas por cada vida gatuna.



Pero el gato muerto no caza ratones ni acata sentencias, así es que, obligado por un juez castellano, el Concejo tuvo que sufragar esta importante cantidad de euros a cargo de los fondos municipales. El Corregidor invocó al Sacro Colegio Cardenalicio y al Sacratísimo Arzobispo de Constantinopla, pero de nada sirvió. El Ayuntamiento hubo de pagar los ocho millones del ala.

En el cielo de los animales se han reunido todos los gatos y le han pedido a San Juan Evangelista que el juez, el mozo matagatos y el picapleitos que inicio el proceso, pasen el resto de sus noches maullando y que les crezcan las uñas vara y media cada semana. Y es que dicen las buenas gentes que los gatos segovianos son orgullosos y vengativos. Que Dios nos libre de sus iras.

En fin que si la historia les gusta les pido que me escuchen en silencio y aplaudan al final. Y si no les gusta... Bueno, de todas formas, gracias.


Comencemos...

Si me escuchan con atención
una historia les contara
que aconteció hace poco tiempo
por estas tierras serranas.

En un pueblo muy tranquilo
a dos leguas de Segovia
un gatito enamorado
iba a rondar a su novia.


Desde las calles
y los tejados
al aire llegan maullidos apasionados.

Poco antes de la media noche
dulcemente caminaba,
y fue a cruzar la carretera
a reunirse con su amada.

Malhaya su mala suerte,
malhaya su suerte amarga
que al regolver una esquina
un gran ruido le asustara.

Ni el mismo diablo
que aquí viniere
al gato negro más temores produjere.

Y vio acercarse un artilugio


motorista lo cabalga
que avanzaba por una calle
a velocidad endiablada.

No pudo esquivar el golpe
una rueda lo aplastaba
murió sin decir ni miau
por causas motorizadas.

Quedóse el gato
en la calzada
y el mequetrefe y la su moto destrozada.

Nadie socorrió al motorista
pestes la gente le echaba
que lo mismo atropella a un gato
que a un niño o a una criada.

Y al otro día siguiente
un letrado se buscara
para demandar al gato
daños y lesiones varias.

Y el gaticida
muy contrariado
llevó el asunto hasta los más altos juzgados.

Al gato había que hacer la autopsia,
pero el cadáver faltaba,
hay quien dice que no murió
que seis vidas le quedaban.


Y el mozo atropellador
con su moto siniestrada
y los huesos doloridos
dueño del gato buscara.

Y si no hay dueño
¿quien fue el culpable?:
la moto, el gato o el motorista miserable.

Un juez dicta que ocho millones
de las antiguas pesetas
el Concejo debe pagar
al de la motocicleta.

Y el Corregidor no acata
la orden del juez castellano
y recurrió al arzobispo
constantinopolitano.

Que no hay derecho
ni fundamento
que un gato muerto arruine al Ayuntamiento.


Tan arbitraria decisión
tan sorprendente injusticia
fue recogida por la prensa
como insólita noticia.

Y acudieron a ese pueblo
radios y televisiones
para entrevistar al mozo
que gano así unos millones.

Pero el bellaco
compróse un coche
para matar un par de gatos cada noche.
Y aunque no diré su nombre
se hizo famoso el del gato
y hay quien dice que es el hermano
de Sofía Mazagatos.

Se publico en las revistas
que al Alcalde entrevistaron
y ha salido en los papeles
y hasta en el telediario.

Esta sentencia,
juro que es cierta
y que ha enojado hasta la misma Mujer Muerta.


Corregidores y alguaciles
clérigos, gente sensata,
han elevado una protesta
la sanción no sea aplicada.


Que un tribunal de justicia
de estas tierras castellanas
premie por matar un gato
es jurisprudencia mala.

Y es que el Alcalde
recurrió en vano
al Arzobispo Constantinopolitano.

La autoridad ha declarado
que una ordenanza prepara
un bando del Ayuntamiento
que al vecindario asombrara:

Que animales no anden sueltos
gatos, ratones, gallinas,
vacas, potros, chivos, burros,
ovejas, sapos, sardinas.

Que con cadenas
vayan atados
tras de sus dueños, si no serán sancionados.

Por eso a los que me escucharon
un consejo quiero dar
que si tienen perros o gatos
atados deben llevar.

Al final yo considero,
lo que el gato me enseñó
que jueces y picapleitos
contri-más lejos mejor.



Y aquí termino
la triste crónica
que hizo famoso a este pueblo de Segovia.

La Losa, 10 de septiembre de 2005
“El Méndigo Coplero”

viernes, 28 de septiembre de 2012

Leyenda del Conde: "LAS PUERTAS DEL CASTILLO"


Construyose su castillo en Valdeprados que es donde reventó el caballo en tan veloz carrera, y recibió del rey gran cantidad de tierras para su cultivo, y aprovechamiento. Pero pidió el rey al conde una promesa:
Ya que eres tan rico y yo he sido tan bueno contigo concediendote tantos regalos y tierras, te pido que ayudes a los pobres trotamundos que van de pueblo en pueblo pidiendo limosna y cada vez que ayudes a uno de estos menesterosos deberas de clavar un clavo en la puerta de tu castillo

Clávalos muy juntos y en línea recta para que te quepan muchos- le insistió el rey.
Mandó el conde a un herrero hacer unos hermosos clavos con la cabeza muy grande y martilleados en la fragua haciendo una pieza muy vistosa de hierro forjado, que puestos en unas gigantescas puertas de entrada al castillo daba mucho señorío al edificio.
Comenzó el avariento conde clavando clavos bastante deprisa, pues quería acabar la construcción de las puertas pronto, tenía ya las puertas por la mitad de clavos clavados y comenzó a distanciar mas las limosnas a los vagabundos. Empezó a pensar que era un derroche inútil dar limosna o ayudar a ese ejército de desheredados que acudían por sus posesiones y que él tenía como vagos. Las puertas se quedaron a la mitad de rellenar de clavos, el conde se negó a dar más limosnas a los ambulantes.
Pero hacía muy feo que las puertas no se concluyeran en cuanto a clavos se trataba, y pensó el conde en rellenar la mitad que le faltaba pero sin dar ninguna limosna ni ayuda a los pobres.
Cúal no sería su sorpresa que cuando se puso a clavar los clavos todos se torcían, como si los quisiera clavar en puerta de hierro macizo. Lo intentó varias veces y siempre se doblaban aunque las puertas eran de madera.
Al final las puertas se quedaron sin concluir, y desmerecen mucho, unas puertas tan vistosas y de tanta ostentación que sólo tengan la mitad de los clavos.


Leyenda de La Losa: "LA AHOGADA"

Los franceses en aquella época se refugiaban en el caserón del Rancho, era grande, allí cabían los soldados a dormir en camastros de madera y en el suelo, había cuadras para sus caballos, sus carruajes y sus destartalados cañones. Tenían grandes cuadras y corrales para tan repudiado ejercito. Odiado por los españoles, en este caso por los losariegos que tenían que convivir con esa jarca de afrancesados que patrullaban por los pueblos sometiendo a sus ciudadanos a las mas terribles villanías.


El batallón que en La Losa estaba asentado allá a comienzos del siglo XIX en 1808 mas exactamente, tenía como misión llevar diariamente el correo que venía de Madrid hasta Segovia y al contrario. Para ello utilizaban coches de caballos que circulaban por el Camino Real, entraban al bosque de Riofrío por la puerta de Ceponillos en dirección Segovia y si iban dirección Madrid lo hacían por este mismo camino que pasa por el Berrocal de Ortigosa, después de Otero y luego dirección a El Espinar , pues este trayecto estaba mas resguardado de las nieves y los vientos para las hordas de franceses que diariamente lo hacían.


No, estos napoleónicos no tenían buena fama. Sucedió un día que en un coche de caballos iban dos con dirección Segovia a llevar el correo y traer provisiones de la capital. Al poco tiempo de salir del Rancho vieron a una joven del pueblo que andando por el mismo camino iba hacia la ciudad del acueducto.
-¡monta!- la dijeron los franchutes- que te llevamos en el coche de caballos hasta Segovia.
-No, no, prefiero ir andando-contestó la joven
No se fiaba y con razón de esos dos mostrencos. Pero insistieron y al final desconfiadamente la joven montó en el carruaje.
Fueron por el camino en dirección a la puerta de Ceponillos y en la soledad del paraje pararon la diligencia. Ya lo tenían planeado. Mucho antes de que la joven quisiera correr la agarraron entre los dos de las manos, y a la fuerza la comenzaron a meter por entre los árboles y zarzas para apartarse al máximo del camino. La subieron por una pradera verde, atravesaron una fresneda y en la ribera del río comenzó el macabro rito de abusar de la joven. Gritos en la soledad del soto, jirones de las guerreras de los soldados franceses rasgados por las uñas de la desfallecida joven. No contentos los franchutes con haber consumado acto tan villano, cogieron a la joven moribunda de los golpes y desgarrada de dolor por la violación que la acababan de hacer y la lanzaron al río para asegurarse el secreto de su crueldad. Era época de traer ese rio mucha agua y no pudiendo la joven salir a la orilla desfalleció en un bodón que el cauce hace al tomar una curva.
Los dos mastuerzos franceses continuaron su camino asegurándose así el secreto de su actuación. Al caer la noche y la familia de la joven no tener noticias comenzó la búsqueda. Fue a la mañana siguiente cuando se la encontró ahogada en el río. Por los girones de telas que se fueron quedando en las zarzas en la lucha contra los franceses su familia averiguo quién había sido. Desde entonces comenzó una cruel persecución contra el batallón que habitaba en el Rancho, y al rio donde se encontró a la joven se le llama desde entonces……
LA AHOGADA



Leyenda de Madrona:"EL TRAGÓN DEL RASTRILLO"

-¡Maldito y cien veces maldito sea este río! – decía un pastor dando con la punta de su garrote en el suelo como si quisiera hacer un agujero- que me ha ahogado parte del rebaño.


Así se explicaba y gesticulaba un atajero que guardaba el rebaño en una red cerca de lo que se conoce como “ el Rastrillo” y que es cuando el rio Frio sale del monte donde está el palacio que lleva el nombre de Riofrío. Cerca de este rio pasa el camino que penetra por unas hermosas puertas al monte, y al otro lado unas laderas peladas por donde han pastoreado siempre los rebaños de ovejas. Pues en ese valle acostumbraba este pastor a tener la red y mas de un año le toco ir corriendo a mover las ovejas, pues cuando se desbordaba el río llegaba hasta el redil.
Madrona también se inundaba como medio pueblo, la parte baja, las eras del Mercado, la plaza y la Mancha y así sucedió varios años, pero el año que el pastor echaba pestes se inundó mas de lo normal, llegó el agua hasta su redil y ahogó la mitad de la piara.


-¡Maldito y cien veces maldito sea este rio!—continuaba diciendo el pastor ----- y quiera el Santo Cristo de la Salud que aquí mismo donde yo doy con el garrote se abra un agujero que comunique con una gruta subterránea que haga pasar el agua al otro lado del pueblo para librarnos de estas inundaciones..

Y dicho y hecho . Comenzó el agua a meterse bajo tierra disminuyendo así el caudal que bajaba hacia el pueblo, yendo a parar parte a lo que se conoce como la Sima y otra parte pasado el pueblo en la zona de Bernuy de Palacios.
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En años posteriores se hizo aguas arriba el pantano de Revenga que liberó de muchas inundaciones al pueblo, pero aún hoy se puede ver el tragón o ladrón de agua que hay bajo la presa del Rastrillo y que cuando en verano mengua el caudal del río se ve perfectamente desaparecer el agua secándose el cauce en ese punto.