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martes, 8 de octubre de 2013

EL MOLINO HERREROS


EL MOLINO HERREROS

         LEYENDA DE MADRONA

         Yo oía contar esta historia en la fragua y en el molino como uno de los más extraños casos que en el mundo han sucedido, yo oía contar esta historia en la barbería y en la taberna, yo se la oía contar a las mujeres que escuchaban en la radio “El coche número trece” mientras cosían a la sombra y la utilizaban como conseja, yo se la oía a los viejos de boina y garrota en el atrio de la iglesia, yo se la oía a los hombres cuando querían enseñarte algún ejemplo de bravuconería, yo se la oía contar a los padres cuando querían enseñar a sus hijos que a la palabra dada no se falta nunca, yo se la oía contar….. Bueno, así es la historia:

         Existía un molino de agua en Madrona en el fondo del soto, donde se juntan el rio Herreros con el Milanillos al cual acudían a moler gentes de Fuentemilanos ya que allí no había rio y por lo cual no había molino. Estaba un día un lugareño de ese pueblo llamado Arnal con el molinero, que había bajado el carro tan cargado que una vez molido casi no cabía en el carro la harina, que debería de ser la misma carga que el trigo antes de moler pero abultaba mas.



         Dijo el molinero:

         --Arnal, tu no subes con toda esta carga a Fuentemilanos, la cuesta que tienes antes de llegar a la cárcava es muy empinada, y una cosa es bajar y otra subir, llévate mi burro y le enganchas de encuarta.

          --tu no sabes lo que dices—vociferó el bragao—mis bueyes son los mejores  del mundo, subirán la cuesta sin inmutarse, y si no la suben me corto los huevos.

         Fanfarronería no le faltaba al de la fuente de Perdigones.

--lo dicho Arnal—sentenció por última vez el molinero—si tus bueyes no suben la cuesta el próximo día que vengas por aquí tu sabrás lo que te tienes que cortar.

--¡ Juro por Dios que me corto los cojones ¡

         Se puso en marcha el fanfarrón y cuál sería su sorpresa que a la mitad de la cuesta los bueyes se pararon. Ni dando voces, ni ayudando él a una rueda, ni pinchándoles con la injá, los bueyes no podían subir. Sudoroso y muy rápido se subió al carro y tiró unos cuantos sacos para aligerar peso  hasta que consiguió que la pareja subiera.

         El molinero que estaba viendo esto escondido desde lejos con su burro cogió los costales caídos y se los llevó a su molino. Cuando Arnal quiso vaciar su carro y volver a por los sacos que había dejado en la cuneta ya no tenía ninguno. No se atrevió a ir al molino. Con la cabeza gacha se volvió a su casa.

         Quiso la mala fortuna que otro día tenía que ir a arar y pasar por delante del molino de Herreros. Viéndole el molinero le paró los bueyes, se acercó al ubio y en un agujero que este tenía llevaba una azuela, ofreciéndosela a Arnal le dijo:

          --cumple con tu fanfarronería y te llevas los sacos que te faltan.

         Y uno de Fuentemilanos podrá faltar a misa un domingo o hasta si me apuras un poco a la procesión del Cristo del Consuelo pero a su palabra no falta nunca, “la palabra de un hombre está por encima del cielo y de la tierra”. Bajándose los pantalones puso los testículos estirados en el timón del arado que llevaban los bueyes y de un tajo certero con la azuela quedó castrado como un eunuco, como Orígenes que para alcanzar la suprema virtud cristiana se privó de las partes masculinas voluntariamente o como los cantores del Vaticano que regocijaban los oídos del papa Clemente VIII. ¡ Capón de por vida ¡

         --¡la palabra de un hombre está por encima del cielo y de la tierra”—repetía  el labriego mientras se hacía un rústico vendaje.

         El molino Herreros existió en ruinas  hasta el 1800. La pradera que estaba en la parte de debajo se llama “pradera del molino” que llega hasta el camino de Paredones (Bernuy de Palacios), la pradera que estaba en la parte de arriba se llama “molino Herreros” que es desde el puente sobre este rio en la N 110 hacia abajo. No “molinguerreros” como algunos dicen si no prado de molino Herreros. Y ¿ cómo decir que se llama la cuesta que no subió el carro?. Todos los de Madrona y Fuentemilanos lo saben, unos porque es trabajosa subirla andando, otros porque es empinada para las bicicletas, otros porque han volcado con el coche en ella, en fin, que todo el mundo lo sabe, aunque se ha distorsionado la palabra y por apócope dicen “el cuestarnal”, pero es “ la cuesta de Arnal”

 

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