imaginación

La imaginación es mas importante que el conocimiento

miércoles, 2 de mayo de 2012

Leyenda de OTERO DE HERREROS (2ªparte)

-¿Mudo, mudo? ¡francés ¡ eso es lo que eres ¡un gabacho! como le he capiscao a éste, como a todos –pensaba en su interior el santero- porque ¿cómo me va a contestar al saludo de buenas tardes? ¿bon soir?. Si eso me contestara automáticamente le mataba cualquiera que le oyera, pues buena fama han dejado estos mamones durante estos años que han estado en España, y ahora después de haber perdido la guerra, los que han quedado por aquí perdidos tienen que huir por la noche hacia su país buscando los valles y escondiéndose tras de los árboles porque si no…pero a mi no me la pegan, a mi no me engañan. Yo el santero de La Adrada, el rebanagañotes mayor de España que me salvé de los fusilamientos de Madrid de 1808 por tablas, porque me hice el muerto y al final me escapé y me vine atravesando la sierra hasta este hermoso paraje que como dice el arcipreste de Hita: “anduve cuanto pude, deprisa los oteros, llegué con sol temprano a la aldea de Herreros”, donde viví antes con mi mujer y ahora vivo yo solo, pues ella se largó con un francés, que como diría el arcipreste de Talavera: son fijos avidos de fornicación e dapnado cuito, abortivos e en derecho espurios llamados, e en romance bastardos e en común vulgar de mal desir e fablar fijos de mala puta”. Y aquí vivo en las frondosidades del Pedroso, muy contento de ser el santero de esta Virgen de La Adrada y sólo turbada mi existencia por algún mostrenco gabacho napoleónico que camina por este valle en los atardeceres y que por supuesto no sale de él con la molondra tiesa, que bastantes barbaridades nos han hecho a los españoles estos franceses…. Y mientras pasaba por la imaginación del santero estos pensamientos en sus labios se dibujaba una sonrisa de amabilidad hacia el mudo, mirándole el gañote donde se dejaba ver una piel curtida con ribetes de mugre, invitándole a sentar al lado de los morillos de una fogosa lumbre que hacía hervir una caldera de no sé qué condumio en el allar del cañón de la chimenea , para llenar la andorga del santero en las tardes de invierno y además que “ el mes de Pascua se vive junto al ascua” y “en invierno en Otero se vive al humero”.
Fue el santero a donde tenía el pellejo de vino en un cuarto trastero y sacó un azumbre para consumir el mudo y él mientras echaban la lengua a pacer, aunque en este caso el francés iba a meter poco la cuchara y además que “en invierno no hay tal amigo, como una copa de buen vino.” Comenzó el santero a hablar mientras con el azumbre servía vino a diestro y siniestro al francés , agradecido éste por la hospitalidad, su único acto comunicativo era la sonrisa y levantar el vaso de vez en cuando a modo de brindis siendo rápidamente repleto el recipiente por el dueño del azumbre.............continuará.........

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